Miedo y Ansiedad
¿Qué son el miedo y la ansiedad?
Tanto el miedo como la ansiedad son emociones displacenteras pero normales que nos ayudan a sobrevivir. El miedo se manifiesta ante un peligro inmediato, mientras que la ansiedad se manifiesta cuando anticipamos alguna amenaza futura, lo cual se traduce en pensamientos catastróficos sobre lo que podría suceder. Ambas incluyen síntomas físicos como taquicardia, sudoración, tensión muscular, respiración agitada, entre otros, y ambas vienen con el impulso a evitar la situación o disparador que está provocando la emoción.
El miedo y ansiedad nos ayudan a evitar exponernos a peligros innecesarios, pero pueden volverse problemáticos y empezar a limitar nuestra vida sin las herramientas adecuadas.
¿Cuándo puede ser un problema?
Esto puede volverse problemático cuando hay una sobreestimación del peligro y una baja percepción de la capacidad para manejar los eventos temidos. La alta frecuencia, intensidad o duración de los síntomas pueden resultar agotadores y limitar el funcionamiento en la vida cotidiana. Cuando una persona prioriza evitar los eventos temidos, incluso a costa de perderse cosas importantes, esto suele causar un deterioro significativo en su calidad de vida.
Imagina que estás conduciendo por una carretera en un día lluvioso. La ansiedad moderada te hace más cauteloso: reduces la velocidad, mantienes una distancia segura con el coche de adelante y prestas más atención a las señales de tráfico. Esta emoción te ayuda a tomar decisiones más seguras y a evitar accidentes.
Ahora, imagina que tienes que conducir por esa misma carretera lluviosa, pero la ansiedad es tan intensa que tus manos tiemblan, tu corazón late rápidamente y te cuesta mantener la concentración. Estás tan preocupado por la posibilidad de un accidente que te vuelves incapaz de reaccionar adecuadamente ante cualquier imprevisto, lo que aumenta el riesgo de que ocurra un accidente. Aquí, la ansiedad deja de ser útil y se convierte en un obstáculo para una conducción segura.
Por último imagina a una persona que no siente ansiedad en absoluto a la hora de manejar por la carretera lluviosa, esto la puede llevar a manejar de una forma descuidada y aumentar la probabilidad de que viva un accidente.
Existen diferentes diagnósticos de ansiedad cuando ésta ha alcanzado un nivel problemático.
Entre ellos se encuentran:
Trastorno Obsesivo Compulsivo
Estrés Postraumático
Ansiedad Social, Fobias
Ansiedad Generalizada
Trastorno de Pánico
Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC): El Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que generan ansiedad; mientras que las compulsiones son comportamientos repetitivos o actos mentales que una persona siente la necesidad de realizar para reducir la ansiedad o prevenir algún evento temido.
Estrés Postraumático: El Trastorno de Estrés Postraumático ocurre después de experimentar o presenciar un evento traumático. Las personas con TEPT pueden sufrir recuerdos intrusivos del evento, pesadillas, flashbacks, y pueden evitar situaciones que les recuerden el trauma.
Ansiedad Social: La ansiedad social, o fobia social, se caracteriza por un miedo intenso y persistente a situaciones sociales o de desempeño en las que la persona teme ser evaluada negativamente por otros. Este miedo puede llevar a la evitación de actividades sociales, dificultad para hablar en público y ansiedad extrema en situaciones cotidianas.
Fobias: Las fobias son miedos irracionales y persistentes a objetos o situaciones específicas que están fuera de proporción con el peligro real que presentan. Estos miedos pueden causar una gran angustia y llevar a la evitación de situaciones o cosas que desencadenan la fobia, interfiriendo significativamente en la vida diaria de la persona. Algunos ejemplos de las muchas fobias que existen son: el miedo a las arañas (aracnofobia), a los espacios cerrados o confinados (claustrofobia), a las alturas (acrofobia), a volar en avión (aerofobia), a los lugares o situaciones donde escapar podría ser difícil, como multitudes o espacios abiertos (agorafobia), a los payasos (coulrofobia), a la sangre (hematofobia), a las serpientes (ofidiofobia) y a las inyecciones o procedimientos médicos que involucren agujas (tripanofobia).
Ansiedad Generalizada: El Trastorno de Ansiedad Generalizada se caracteriza por una preocupación excesiva e incontrolable sobre una variedad de aspectos de la vida cotidiana. Se vive con una constante preocupación por múltiples escenarios cotidianos que no están en su control el poder resolver.
Trastorno de Pánico: El Trastorno de Pánico se manifiesta por ataques de pánico recurrentes e inesperados, que son episodios de miedo intenso que alcanzan su máxima expresión en minutos. Las personas usualmente le temen a tener ciertas sensaciones corporales que puedan desencadenar en algo catastrófico desde su perspectiva; algunos ejemplos incluyen palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de falta de aire, junto con la el miedo a perder el control, desmayarse, volverse loco o a morir. Estos ataques pueden llevar a un comportamiento evitativo y preocupación constante por futuros ataques, lo cuál desafortunadamente los vuelve más probables.
¿Cómo se trabaja?
En el tratamiento para los trastornos de ansiedad, nos enfocamos en desarrollar herramientas que te ayuden a disminuir la percepción de peligro y amenaza, y a sentirte más capaz de afrontar lo que temes. Trabajamos en la identificación y modificación de creencias sobre la probabilidad de que ocurran las catástrofes temidas, ayudándote a genuinamente integrar que estas situaciones catastróficas no son tan probables como a veces nuestra mente nos lo plantea.
Desarrollamos recursos para afrontar las amenazas de manera más efectiva, enseñándote a utilizar estrategias de afrontamiento adaptativas en lugar de respuestas evitativas. También trabajamos en cambiar tu percepción del ambiente, ayudándote tener herramientas para lograr ver que no es tan peligroso como usualmente creemos. Te enseñamos a identificar las señales de seguridad en tu entorno y a confiar en estas señales para reducir la ansiedad. Este enfoque te ayuda a sentirte más seguro en tu día a día, contribuyendo a una reducción general de la ansiedad.
Algunos puntos importantes a trabajar incluyen:
Psicoeducación sobre la ansiedad: Es fundamental que comprendas qué es la ansiedad, cómo afecta al cuerpo y la mente, y cómo puede manifestarse en diferentes trastornos de ansiedad. Esta comprensión puede ayudar a reducir el miedo y la preocupación asociados con los síntomas de ansiedad.
Identificación de pensamientos catastróficos: Trabajamos contigo para identificar y manejar los pensamientos catastróficos sobre lo que sucederá en ciertos eventos. Esto puede implicar técnicas cognitivas que te invitan a tomar una perspectiva distinta sobre las amenazas.
Afrontamiento y tolerancia a la ansiedad: Te enseñamos estrategias de afrontamiento efectivas, como la respiración diafragmática y la relajación muscular progresiva, para ayudarte a manejar la ansiedad en el momento presente. También trabajamos en la tolerancia a la ansiedad, ayudándote a enfrentar gradualmente tus miedos y a aprender que la ansiedad disminuirá con el tiempo.
Exposición gradual: La exposición gradual a situaciones o estímulos que provocan ansiedad es una parte fundamental del tratamiento. Esto se hace de manera controlada y gradual, permitiéndote habituarte a la ansiedad y aprender que no es peligrosa.